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martes, 20 de marzo de 2012

Propoleo

Propóleo


Elixir inmunológico y algo más


La historia tiene sobradas pruebas de la relación del hombre con la abeja desde hace miles de años. Desde la remota antigüedad se sabe del uso de los productos de la colmena en alimentación humana y en alteraciones de salud, dos ámbitos íntimamente ligados. Hoy podemos hacer con seguridad y con respaldo de la tecnología lo que nuestros ancestros hacían en forma empírica.


Desde el punto de vista alimenticio, los productos apícolas son valiosos suplementos nutricionales destinados a suplir carencias de la dieta moderna, basada en alimentos refinados e industrializados. El gran contenido de aminoácidos, enzimas, vitaminas, antioxidantes, ácidos orgánicos y minerales (elementos claves para nuestro equilibrio y que se pierden en los procesos de producción masiva) convierte a la colmena en una valiosísima fuente proveedora de salud y vitalidad.


Otro aspecto valioso del producto apícola es su capacidad de contrarrestar los nocivos efectos de la contaminación ambiental y del estrés, dos flagelos que diariamente minan nuestro organismo. Los antioxidantes se hacen cada vez más necesarios para soportar la creciente exposición a los radicales libres. Estas sustancias reactivas, a las cuales nos vemos cada vez más expuestos, tienen -junto al estrés- un rol decisivo en el origen de muchas patologías como el cáncer, las afecciones cardiovasculares, las enfermedades autoinmunes y el envejecimiento precoz. Además de producirse normalmente en el metabolismo celular, los radicales libres nos llegan con la contaminación atmosférica, los alimentos industrializados y los rayos ultravioletas. También los microminerales u oligoelementos juegan un papel clave como responsables de infinidad de procesos que refuerzan el desarrollo psicofísico y el bienestar. Por todo ello el sistema inmunológico, el aparato circulatorio, las vías respiratorias, el sistema nervioso y el aparato digestivo disponen de una significativa ayuda en la producción de las abejas.


Teniendo en cuenta que hablamos de sustancias naturales con tantas propiedades, es importante preservar al máximo las cualidades de estos delicados productos de la colmena, evitando tanto su contaminación como la degradación causada por su incorrecta manipulación. Sin estos cuidados es imposible gozar de sus magníficas virtudes. En materia de contaminación, por suerte nuestro Valle de Traslasierra es una zona privilegiada, con agua y aire puros, y sin fuentes de polución. En la región no hay prácticas agrícolas de envergadura y por ello no hay uso de agroquímicos. Precisamente la parafernalia de químicos usados en agricultura es la causa principal de contaminación externa del producto apícola. Las abejas están supeditadas a la floración espontánea del monte serrano (algarrobo, chañar, poleo, peperina, carqueja, palo amarillo, etc.). Este factor, por un lado limita la producción, pero por otro lado da garantía de altísima calidad.


Tanto o más importante que la contaminación externa, es hoy día la contaminación generada por el mismo apicultor en el interior de la colmena. La agresiva explotación comercial provoca gruesos desequilibrios en la actividad. El estrés causado por el sistema de manejo y la involución de la genética, han debilitado el sistema inmunológico de la abeja y esto ha incrementado violentamente sus enfermedades y enemigos naturales. El apicultor tradicional ha hecho uso macizo de antibióticos y sustancias químicas, generando sólo dependencia y resistencia. Esto obliga a usar cada vez más químicos que apenas disimulan y no resuelven el problema. Frente a la desesperación, hasta llegan a usarse productos fosforados para salvar la mortandad de colmenas, contaminándose seriamente la producción de miel y propóleo.


Respecto a la manipulación, se pone mucho celo a fin de preservar los delicados y valiosos componentes de los productos de la colmena. Por ejemplo el polen es secado sin superar los 40º de temperatura, el propóleo no es calentado en ninguna fase de elaboración y la miel tampoco es expuesta al calor. Es el único modo de conservar productos tan plenos de principios biológicamente activos y, por ende, tan sensibles. Obviamente que todo ello implica mayor trabajo, más tiempo de elaboración y cuidados artesanales, pero la mayor efectividad del producto es rápidamente advertida por el consumidor atento y sensible.


EL PROPOLEO


Origen: Esta maravillosa sustancia resinosa es el sistema inmunológico de los vegetales superiores (árboles). La abeja la recoge y transforma, para desinfectar la colmena, sellar grietas y embalsamar intrusos que no puede expulsar por su tamaño. El propóleo es lo que garantiza la total asepsia de un ambiente como la colmena, verdadero caldo de cultivo de virus y bacterias, a causa de sus tenores de temperatura y humedad.


Composición: Es muy variable, dependiendo de la flora y el clima de cada lugar. Pese a ser el producto más usado y más investigado de la colmena, aún no se ha concluido su estudio científico, iniciado recién en la década del 60 en Europa del este. Ya se le han detectado más de 250 elementos constitutivos y unos 50 principios biológicamente activos, lo que explica su gran cantidad de propiedades. Tiene resinas, bálsamos, aceites esenciales, minerales (más de 20 oligoelementos), vitaminas, aminoácidos (7 de los 8 esenciales) y más de 50 grupos de flavonoides.


Propiedades: Científicamente se le han demostrado 20 propiedades: es antibacteriano, antimicótico, anticolesterolémico, antiparasitario, antiinflamatorio, antioxidante, antitóxico, antialérgico, analgésico, anestésico, antituberculoso, antiviral, citostático, desodorante, epitelizante, estimulante de la inmunogenesis, fitoinhibidor, hemostático, hipotensor y termoestabilizador. Fundamentalmente es un magnífico biorregulador, rehaciendo la capacidad de defensa, funcionamiento y adaptación del organismo. Los oligoelementos justifican muchas virtudes del propóleo, pues -participando en procesos metabólicos, fermentativos y vitamínicos- contribuyen a la curación de estados anémicos, previenen la arteriosclerosis e incrementan la capacidad inmunológica del organismo. Por su parte los flavonoides -con más de 40 acciones farmacológicas- son la base de su versatilidad terapéutica. Sus cualidades antioxidantes -además de reducir el efecto de los radicales libres- son responsables de la acción antiviral, al inhibir el desarrollo de virus patógenos. Además de su amplio efecto antibacteriano, el propóleo estimula la reacción inmunológica del organismo, complementando ambas funciones sin producir alteraciones de la flora bacteriana, cosa que ocurre con los antibióticos de síntesis. Otra virtud del propóleo es su capacidad de distribuirse indistintamente a través de la sangre y la linfa, a todo el organismo.


Aparato circulatorio: El propóleo combina efectos vaso-dilatadores e hipotensores, disminuye la fragilidad capilar, inhibe la oxidación del colesterol y normaliza la tensión arterial. Estos efectos se logran con el uso regular, no debiendo esperarse efectos mágicos en caso de crisis hipertensivas. Veamos en detalle lo que dice el Dr. Julio César Díaz, presidente de la Asociación Argentina de Apiterapia, en su libro “Apiterapia Hoy”: “La propiedad anticolesterolémica del propóleo, muy relacionada con la hipotensora, está determinada en primera instancia por la presencia de ácidos grasos no saturados, que inhiben la oxidación del colesterol; todo ello en presencia de pequeñas concentraciones del cinc presente en el propóleo. Al respecto, existe suficiente bibliografía como para considerarlo de primera línea en el tratamiento de ambas patologías. En experiencias realizadas se vio que tanto el descenso del colesterol como el de la presión arterial, es mucho más manifiesto que en los tratamientos convencionales. Este descenso de ambos parámetros se manifestó como algo permanente en los pacientes que mantuvieron la dieta indicada; es decir, que si al término del tratamiento se siguió con la dieta, no hubo aumento ni de colesterol ni de presión, aunque ya no estuviera el propóleo. En el caso de la hipertensión, el propóleo no es útil para la crisis hipertensiva. Es un excelente regulador en forma lenta y sostenida; y el mantenimiento del tratamiento evitará la crisis hipertensiva. En presencia de ella, se debe actuar tal lo que es: una urgencia médica. Por otro lado, en pacientes hipertensivos con patologías asociadas (diabetes, infecciones, asma, obesidad, etc) se vio una notable mejoría de todas ellas (Giral y col.) con el levantamiento del estado general de estos pacientes”.


Vías respiratorias: Es un antibiótico de amplio espectro que no produce disbacteriosis y que se ha ganado merecidamente la fama de efectivo antigripal. Su acción antiinflamatoria y anestésica lo convierte en eficaz protector de la garganta y las cuerdas vocales.


Aparato digestivo: En este aspecto ejerce múltiples acciones: normaliza el peristaltismo intestinal, regula el apetito, ayuda a la regeneración de úlceras, es protector hepático y previene la parasitosis.


Dermatología: Su notable capacidad cicatrizante, desinfectante y antiinflamatoria lo hace indicado para heridas, quemaduras y afecciones de la piel. También resulta óptimo como fungicida de amplio espectro.


Odontología: Incrementa la salud bucal por sus principios antisépticos, antibióticos y antiinflamatorios. Además estimula la generación de la dentina (esmalte dental) e impide la formación de caries y placa bacteriana.


Contraindicaciones: Ninguna. No se han detectado reacciones alérgicas, ni toxicidad por sobredosis. Se ha demostrado perfectamente compatible y hasta complementario de otras prácticas terapéuticas.


Cuidados: Para mantener sus propiedades requiere que se lo preserve de la luz y de la temperatura, dada las delicadas características biológicas de sus componentes.


PRODUCTOS DERIVADOS


Solución de Propóleo


La solución hidroalcohólica de propóleo en gotas, tiene múltiples aplicaciones. Como suplemento dietario de uso regular, aporta al organismo toda la riqueza constitutiva del propóleo (ver descripción), suple carencias alimenticias, opera como biorregulador, refuerza el sistema inmunológico y ayuda a combatir los efectos de la contaminación.


Para un adulto se recomienda el consumo de 20 gotas diarias en ayunas, disueltas en medio vaso de agua. A fin de optimizar su aprovechamiento, se aconseja hacer buches antes de ingerirlo. Con ello se logra: desinfectar y desodorizar la cavidad bucal, reforzar el esmalte dental, desinflamar las encías, prevenir caries y combatir la placa bacteriana. En caso de estado gripal o afección de vías respiratorias, se aconseja tomar 30 gotas, 3 veces al día, una hora antes de las comidas. Esta dosis de adulto debe reducirse para niños.


A efectos de operar sobre el control del apetito, si se desea reducirlo deben ingerirse las gotas una hora antes de las comidas. En cambio para incrementarlo, la ingestión a modo de aperitivo debe realizarse 5/10 minutos antes de comer.


Las gotas también pueden emplearse en el tratamiento de hongos (pie de atleta). Diluidas en agua resultan un excelente preventivo de uso veterinario, aplicado regularmente a todo tipo de animales domésticos. Debido a que el propóleo deja manchas persistentes -solubles en alcohol- se recomienda precaución en su manejo.


La solución de propóleo también se ofrece en un cómodo envase vaporizador para realizar aplicaciones en la cavidad bucal. Resulta útil en asma, inflamación e irritación de garganta, tos, angina, afonía y estado gripal.


Pastillas de Propóleo


Esta preparación permite aplicar el propóleo en la cavidad bucal, en dos prácticas presentaciones (sobre y pastillero) al alance de la mano. A diferencia de los tradicionales caramelos, estas pastillas preservan íntegramente las magníficas virtudes del propóleo, por haber sido elaboradas totalmente en frío. Muchos componentes y principios activos del propóleo (bálsamos, flavonoides, aceites esenciales, etc.) se inactivan con la temperatura, perdiéndose la mayor parte de sus propiedades.


Estas pastillas se recomiendan como protectoras de la cavidad bucal y las vías respiratorias, empleándose en casos de tos, afonía, carraspera, irritación de garganta, inflamaciones, anginas, etc. A fin de optimizar su efecto, se aconseja disolverlas lentamente en la boca para difundir sus principios a través de la insalivación, no existiendo riesgo de sobredosis. Su uso regular las convierte en un magnífico suplemento dietario absolutamente libre de contraindicaciones.


Ungüento de Propóleo


El ungüento de propóleo al 10% -formulación de la Universidad de Santiago del Estero- es aconsejado para los más variados problemas dermatológicos: quemaduras, heridas, acné, dermatosis, eccemas, forúnculos, urticarias, herpes, soriasis, llagas, verrugas, hongos, hemorroides, escaras, úlceras varicosas, etc. En general se recomiendan tres aplicaciones diarias, previo lavado de la zona afectada con el jabón de propóleo.


El gel de propóleo -de similares propiedades que el ungüento- se recomienda sobre todo en uso veterinario, para todo tipo de heridas, quemaduras y problemas de piel (cicatriza y evita infecciones). También permite utilizar el efecto antimicótico del propóleo para combatir hongos genitales. Aplicar 3 veces al día, sobre todo por la mañana y la noche.


Jabón de Propóleo


En este producto se unen las propiedades antisépticas, bactericidas, reconstituyentes de tejidos y antimicóticas del propóleo y la cualidad emoliente y protectiva del aceite de coco. Además de sus efectos específicos, este jabón limpia el cuerpo, eliminando impurezas y residuos de la piel. Al dejar libres los poros, permite su rápida oxigenación. Contiene principios activos que ejercen un efecto reconstituyente en la piel fatigada. La versión de tocador es más indicada para el uso cotidiano.


Usado en la higiene diaria, este jabón previene la transmisión de enfermedades producidas por bacterias y hongos. Es indispensable en el tratamiento de acné, dermatitis, soriasis y seborrea. Controla hongos en micosis, como el pie de atleta. Actúa como desodorante en la higiene corporal e íntima. En afecciones de la piel, usar 3 veces al día, dejando actuar 10 minutos antes de enjuagar, aplicando luego el ungüento de propóleo.


Miel con Propóleo


Este preparado integra y potencia las virtudes de sus dos magníficos componentes, desarrollando complejos efectos en el organismo. Es un excelente protector de las vías respiratorias. Ayuda a mitigar los efectos de la contaminación atmosférica (humo, smog, etc.). Es un complemento alimentario aconsejado para asmáticos. También se lo emplea como producto tonificante y regenerador en casos de agotamiento, anemia, estrés y convalecencia, con buenos efectos energéticos y vigorizantes.


En concentración al 2% es una alternativa para el consumo de propóleo por parte de los niños, a veces reacios a su sabor natural. La dosis aconsejada es de 3 cucharadas diarias, aunque no existen contraindicaciones por mayores cantidades. Para personas que deben consumir dosis mayores de propóleo (por gripe, asma, problemas de vías respiratorias, etc.) y son reacios al alcohol contenido en la solución hidroalcohólica, se elabora en concentración al 5%, cuya dosificación debe ajustarse a cada persona. 


Crema de belleza


Esta línea de cremas asocia los principios activos de la miel, la cera y el propóleo, para la nutrición y la protección de la piel. Está formulada para cutis castigados por agentes climáticos, principal causa de arrugas y envejecimiento prematuro. En este sentido opera el poder antioxidante del propóleo, combatiendo los nocivos radicales libres que deterioran la piel y estimulando los procesos celulares. Las propiedades suavizantes y emolientes de la miel y la cera de abejas, le otorgan tersura al cutis.


Esta crema resulta adecuada para uso nocturno, posibilitando la profunda acción de sus componentes durante las horas de descanso. Sus beneficios se advierten con el uso regular. La formulación base está indicada para cutis graso, pues no posee componentes oleosos. La formulación para cutis seco posee el agregado de aceite de rosa mosqueta y de extracto de aloe vera, que adicionan su riqueza en ácidos grasos esenciales y en agentes reacondicionadores de la piel.


Crema bioregeneradora con jalea y propóleo


Se trata de una crema revitalizante e hidratante de la piel. Contiene jalea real, propóleo, centella asiática y aloe vera. Los liposomas de jalea real y propóleo atraviesan la piel sin dificultad, llevando el producto a la capa basal y generando la formación de una piel más sana y desintoxicada. La centella asiática, funciona como drenador linfático, limpiando internamente y dando grandes mejorías especialmente en casos de celulitis. El aloe vera recompone y regenera cualquier tipo de piel. Todo ello en una base grasa bio regeneradora, que por si sola tiene aplicación cosmética y terapéutica. Carente de colorantes y aromatizantes. Hipoalergénica. Recomendada en cosmética, celulitis, arrugas, antes y después del maquillaje, quemaduras, acné, dermatitis varias y como antibiótica y cicatrizante.


ProUnGeo


Solución elaborada con técnicas homeopáticas, combinando propóleo de abejas, uña de gato y chañar. A todas las propiedades del propóleo respecto a las vías respiratorias, se agrega el efecto antioxidante y anticancerígeno de la uña de gato y el efecto expectorante del chañar. Indicado para fumadores, cáncer de pulmón, bronquitis, asma, congestión pulmonar, fibrosis, enfisema, EPOC, etc. La dosis mínima es una inhalación a la mañana y otra a la noche. No hay problemas de sobredosis, pudiéndose aplicar varias veces al día.

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